Un coach debe estar claro en sus propósitos, metas, búsquedas. Saber que tiene en sus manos una gran responsabilidad, como lo es orientar a otros en el desarrollo de sus habilidades.
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Un buen coach no olvida que él es un ser humano y que tiene debilidades y esas debilidades las puede superar.
La primera vez que vi la palabra coach, me llamó tanto la atención que decidí investigar en distintas fuentes su significado. Hoy puedo decirte, luego de tantas lecturas y talleres que el coach es un motivador con conciencia. Porque nadie puede ofrecer o dar a sus semejantes lo que no tiene y más aun lo que no proyecta.
Un coach debe estar claro en sus propias potencialidades y empujar a otros a encontrar las suyas. No es solo tener conocimiento, sino saber transmitirlo a los demás. Por eso hoy día esta profesión ha tomado mucha fuerza en todo lugar y se ha convertido en la referencia obligada en el mundo del espectáculo, empresarial, deportivo y mucho más.
Cómo se es buen coach
Un coach debe estar seguro de sus propósitos, metas, búsquedas. Saber que tiene en sus manos una gran responsabilidad, como lo es, orientar a otros. Un coach debe concentrarse en elevar su confianza y tener una buena autoestima, capaz de entender al otro, desde el otro, para poder relacionarse mejor con él.
Un coach no se rinde tan rápido. Es un batallador de fe. Siempre debe reconocer que existen debilidades y afianzarse en superarlas. Un buen coach no olvida que es un ser humano y tiene debilidades. Esas debilidades se pueden superar. Para superarlas, nada mejor que imitar a la planta de bambú, su flexibilidad la ayuda a mantenerse con fuerzas para seguir luchando, a pesar de los vientos fuertes y otras vicisitudes que se le presenten.
La comunicación juega un papel preponderante en un buen coach. Se debe ser congruente con cada valor que se tenga. En ningún instante un coach debe permitirse el juicio hacia los demás. Esto diría mucho sobre su propia imagen. Todo coach debe contar con una buena ética y profesionalismo, buscar nuevas formas para lograr el objeto deseado, cuando no logra el éxito con la que tiene a su alcance.
Un coach verdadero debe ser enfático, constante, intuitivo, pero jamás imponente. Todas las personas, por calladas que sean, tienen algo que enseñar, pero muchos no lo han entendido así. El coach debe incentivar a que ese potencial guardado en esos humanos brille para el beneficio de todos.
Adaptarse a las circunstancias que se le presenten será el reto de un coach. La disciplina debe estar presente hasta en los momentos más insignificantes, porque siempre será un buen líder. Sin dudas un coach debe ser honesto, responsable y humilde. Esos valores lo vuelven más humano más creíble. Recuerda que un coach trata con sujetos, no con objetos.
Saber relacionarse con las personas, es un arte y ese arte un buen coach debe desarrollarlo en su cotidianidad. La eficiencia en el trato, las buenas palabras son herramientas que debe usar con toda frecuencia. Mientras mejor sea la interrelación verbal y gestual, mejor será el producto final deseado. Un coach no debe alterar su voz, a menos que sea para enfatizar algo productivo en sus interlocutores.
Los coaches no deben crear dependencias en los demás. Tampoco deben pintar otro rostro a la realidad que se esté viviendo para hacerla más bonita. No es esa la idea. Un buen coach debe entender que existen otras aristas para medir esas situaciones y llevarlas por mejores caminos en beneficio de la colectividad.
Si el coach se dirige a una audiencia heterogénea, debe usar un lenguaje comprensible. No debe permitirse darle tantas vueltas a la verdad para luego anunciarla. Un buen coach Debe colocarse en el zapato de cada persona y mirar desde allí la situación. Cuando la haya divisado bien, entonces ese coach prepararía un Braidstorming con su gente para tomar de allí las ideas más resaltantes que coadyuven para el beneficio de todos.
